Adolescente

Como un estornudo frustrado me sigo encerrando en mi cuadrado.
No sea que cuando saque el brazo alguien lo agarre para no soltarlo.
Después de enemistarme con mi instinto solo me queda el cubo reflexivo.
En el que cómo bacteria succiono toda esquina para revisar mis posibles vecinas.
Las curiosas talentosas, esas que se pegan a todos los orificios del cuerpo y obligan a abrir la caja con una sierra mecánica.
Abandonando tras ellas toda autodestrucción, deshaciendo el complot que meticulosamente lucubraste, estrategia para sobrevivir constantemente a la tentación de matarte.

No, ellas no...

Toleran a la frustración y te guían hasta lo infinito.