Los pelos tintados, las uñas extravagantes y el perfume neutro son la base.
Timbres sonoros que salen por si solos de las cuerdas decoradas de mi sin fin de damas.
Medicina psicótica para la reina de la farándula erótica: horas frente al espejo recordándome que no hay otra.
¿Cómo se pega la máscara a la cara?
Yo soy ellas.
Las vivencias se mezclan y se contradicen entre ellas.
Ninguna sabe exactamente cual es su descendencia, si en algún momento dejaron de ser huérfanas, dudan su nacionalidad y se maquillan la edad.
Son guiones innovados a diario, sin dirección fija y sin género que los encasille en ningún estilo o barrio.
Son hijas herederas del imprevisto.
Licenciadas en interpretación inconsciente hablan desde el tercer ojo de su frente.
Calaveras carnosas con facciones de diosa, que simulan la cura del karma y sus facturas.
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